Yo no quiero "aliades gordes"... Solo quiero que dejen de ser gordofóbiques

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Yo no quiero "aliades Gordes". Solo quiero que dejen de ser gordofóbiques y, de paso, renuncien a su salvacionismo blanco y repiensen los efectos de monetizar su "alianza" a través de su enfoque no-pesocentrista y body positive.  

 Comunidad gordora, ¿a poco no nos sale muy caro tener "aliades" gordes o antigordofóbiques? Analicemos: no solo les inflamos los bolsillos en su consulta "no-pesocentrista"—que básicamente va de un trato digno, libre de violencia, diagnósticos no basados en cómo se ven nuestros cuerpos y actualización científica [digo, que es lo mínimo que cualquier profesional ético necesita hacer para mantener excelencia y exactitud en su servicio]—, sino también en los seminarios, talleres y paquetes de "consultas integrales" de coaches, influencers de bienestar, que van de los MXN 3,000 a MXN 10,000 (USD 180 a USD 600 aprox.), y que nos prometen ser bien Bopos (boriposiriv), tener amor propio (lo que sea que signifique eso) y hábitos de autocuidado (bien neurotípicos). 

 No olvidemos también el “capital” energético y emocional que ponemos para inflarles los números de seguidores, lectores, compradores de mercancía bopo, guías de hábitos, y podcasts, las rentas de sus consultorios y oficinas (obeo en CDMX de la condechi, roma, santa fé, las lomas, coyoacán, etc.), sin mencionar nuestros "testimonios" de violencia gordofóbica para las tesis de maestría y doctorado (de instituciones educativas bien racistas, capacitistas y coloniales), exponiéndonos como un Número de Caso X, nomás pa’ darle soporte a las afirmaciones del o de la tesista y, así, poder defenderla con sinodales gordofóbiques, recibir su titulote y, si tenemos potencial capitalizable, cambien ciertas realidades que no amenacen mucho la norma ni la hegemonía.

 Y no es que sea una resentida social y rebelde sin causa. En realidad, sí resiento el sistema y me rebelo a éste, y tengo causas bien específicas del porqué de ello. Les aliades antigordofóbiques™ y les activistes body positive™ digitales no solo se han convertido en voces de referencia, sino también en marcas con potencial altamente redituable. Todo esto a partir del número de seguidores, número y tipo de publicaciones que hagan, así como las marcas “inclusivas” que patrocinan ciertos contenidos. Tan solo desde que inició la pandemia, hay influencers mexicanes que ganan mensualmente de USD 1,420 a USD 3,500 (aprox. MXN 23,700 a MXN 58,600) por publicaciones en las redes sociales de más afluencia (Business Insider MX, 2021). 

 A esto se le suman las campañas publicitarias, apariciones en medios masivos, invitaciones a congresos, programas de radio, fiestas exclusivas, alfombras rojas, convertirse en embajadores/as de marca, etc., que les da un lugar en la pirámide de los privilegios sistémicos y les pone por encima de quienes dicen defender, ser voz de o aliarse con. En otras palabras, si ya tenían privilegios sistémicos, esta mercantilización los potencia y los consolida, y les asegura un cachito de hegemonía. 

 Un ejemplo cotidiano de lo anterior, aquí en México, sería la construcción de las marcas de la Fatshionista™, Se Regalan Dudas™, Fernanda Martin™, Mónica Makaco™, Más allá del rosa™ de Jessica Fernández y Raquel Lobatón™ (todas ellas con plataformas importantes en redes sociales y con una proyección nacional ya consolidada), consideradas como referentes, voces y de activismo digital contra la gordofobia y la consolidación del Body Positive, a través del consumo de productos propios o patrocinados, contenidos, consultas, cursos, talleres y pláticas. Todo ello a través de la premisa de una instrumentalización de autonombrarse feministas sororas, emprendedoras y voces de quienes "no tienen voz". 

 Mientras tanto, "la comunidad" oprimida que representan, en realidad son seguidoras con un potencial alto de consumo, y que se convierten en el sostén de credibilidad, lealtad y defensa de dichas marcas. Si hay alguien que cuestione esta dinámica, no solamente habrá una represalia pública, sino que la misma "comunidad" se encargará de defenderlas con comentarios de apoyo blankko, likes, circulación de sus publicaciones e, incluso, la cancelación de quienes cuestionen.  

 De este modo, es como se establece una dinámica de poder que es jerárquica, incuestionable y representante de todo un movimiento. Si bien cada una de ellas ha vivido opresiones y violencias sistémicas, ya sea por género o por el tamaño de su cuerpo, siguen teniendo elementos hegemónicos (cis, hétero, blancas, monógamas, neurotípicas) que las posiciona más cerca de "romper" el techo de cristal (glosario Inmujeres), y que les dota de más privilegios sistémicos a costa de las opresiones y carencias sistémicas de quienes estamos abajo de ellas.

 Como bien cuestiona Angela Davis: "si los estándares del feminismo son creados para aquellas que ya subieron en jerarquías económicas y deben esforzarse menos para llegar a la cima: ¿cómo eso será relevante para las mujeres que están niveles más abajo?"

 Es muy importante tener en cuenta que todo esto que expongo no proviene de una voluntad consciente individual ni de una intención dolosa de querer reproducir sistemas opresivos y violentos; muy por el contrario, es la muestra visible de cómo opera el sistema introyectado en cada une de nosotres en la cotidianeidad.

 De hecho, este adoctrinamiento capitalista, feminista hegemónico, racista, gordofóbico y capacitista es tan perversamente autosustentable y automático que estamos en un lugar del no sabemos que no sabemosDe ahí que sea tan fácil reproducir estos sistemas. ¿Cómo lo hacemos? A través de los valores hegemónicos de la bondad, buena intención, amor universal, que nos hacen "buenas personas". Me explico. 

 Hace un año y medio comencé a leer y escuchar a Mikaelah Drullard (negra, trans, heterodisidente, antirracista y fronteriza—una descripción reapropiada, que se me hace poderosisimamenta emancipadora—). Una de sus declaraciones más contundentes e impactantes para mí fue: el activismo y los aliados del norte global son conceptos de la blanquitud. Son coloniales y racistas.

 Como alguien gorde, neurodivergente, bisexual y no-monógama, pero también socializada como mujer blanca, con privilegios geográficos, de clase, emocionales y acceso a educación superior, trabajos remunerados con prestaciones (bueno, ya no
😅) y un capital blanko intelectual inmamable, mi primera reacción fue indignarme, hacer mi drama blanco (todo por dentro porque pues #introvertida) y entrar en crisis. 

 Mi primer impulso fue dejar de seguirla y luego pensar: "Pero ¡qué osadía la de esta mujer! ¡Ella quién es para decirme que mi activismo es salvacionismo! ¡Ni siquiera es de aquí! ¡Ella no entiende! Mi propósito de vida es salvar al mundo y a todas las mujeres gordas de las garras del gordo odio patriarcal opresor... ¡¿Esta qué va a saber de las problemáticas de México...?! ¡Ni siquiera es feminista! «¡Qué peligro!»" (léase todo este lloriqueo y berrinche blanco con el tono indignado de la liga amorosa y compasiva del salvacionismo blanco—que ya sabemos quiénes son 😜🤭—).

 Mientras escribo estas líneas con vergüenza, que sirvan de precedente también para no hacer el ridículo en futuras ocasiones. Algo así como un "me amarro a mí misma para no hacer daño a los demás y no hacerme daño a mí, por el poder de tres veces tres. Hecho está".

 Después de este drama blanco y pláticas con amigues que me ayudaron a ver mi racismo y pensamiento mesiánico, un buen día estaba lavando trastes—actividad que detesto, pero en la que genero más reflexión—, y que me cae como un rayo: "¡Samantha, la estás cagando por todos lados!". Así que, con una vergüenza desbordante, que por momentos sabía a culpa, me agarré los ovarios, y me dije: "¡Gorda racista, cállate, escucha, reconoce, aprende, investiga y deja de cagarla ya!"

 Regresé a la cuenta de Mikaelah (ayñ, suspiro cuando la nombro
😍) a escuchar, aprender/desaprender e investigar. Fue cuando por fin entendí a qué se refería la Drullard con esa frase que me ha llevado a un proceso de desaprendizaje y con el que, primero, pasé por una crisis existencial de meses tipo "¡ALV, ya llévame, diosito!".

 El activismo blanco se caracteriza por una actitud mesiánica, oséase de mesías, salvador de todes, quien te va a abrir los ojos y despertar la consciencia, pues. Dicha actitud está íntimamente ligada a la autoconfirmación y autopercepción de la bondad, virtud, rectitud y el amor universal que habita en todos nosotros (en esta ideología no cabe el todes, amixes, lo siento 😔), lo que nos convierte en una raza única, superior, evolucionada, funcional (oilos), sabia, digna y ética: la raza superior. 

 Bueno, eso es lo que plantea la ideología monoteísta (para los creyentes de un dios blanko) y la filosofía del norte global (para no creyentes de un dios, pero sí del pensamiento "crítico" hegemónico... Ajá, ajá, sócrates, platón, aristóteles, y luego monsieur descartes con su método científico, que trae como resultado, en pleno S. XXI, a los #TeamMeMamaLaEvidenciaCientífica y #TeamRigorAcadémico). Entiéndase por ideología del norte global a este poder que crea su sistema de castas, conquista, domina, extermina, impone, viola, borra (tipo y así) las identidades de sus "no-prójimos, no-humanos, los involucionados, los dormidos, los salvajes" del sur global.

 Cabe mencionar que al describir los globales norte y sur no solamente se acotan a la ubicación geográfica, sino también a la ideología hegemónica generada en esos contextos geográficos. Es la relación dominante vs. dominado; el amo/la ama vs. esclavos (Audre Lorde); conquistador vs. conquistado; minorizante vs. minorizados, etc. El sur global se define a partir de la mirada colonialista del norte global. Así pues, puedes ser o estar en el sur global, pero tener todo un sistema ideológico introyectado del norte global porque #Colonización. (Pero, pues, neta, hagan su chamba e investiguen por su cuenta. Hay voces de activistas y colectivos antirracistas y decoloniales que hablan de esto).

 Así es como en esta ideología binaria (luz-oscuridad, bueno-malo, humano-salvaje, hombre-mujer, dios-diablo, superior-inferior, etc.) lleva al norte global contemporáneo a construir un "instrumento de liberación e iluminación" (¿de las mismas opresiones y violencias que crea y reproduce?), mal llamado activismo, que será el salvoconducto de todas estos "pobres" que son almas perdidas o desalmadas del sur global. De ahí que tengamos instituciones salvadoras blankkas como la onu, unicef, las beneficencias, los programas de ayuda, a los embajadores/embajadoras de buena voluntad (lo siento, amixes, aún no cabe el TODES aquí) como angelina jolie, oprah winfrey, ponchito herrera, gael garcía, las primeras damas de cualquier país "democrático", las realezas, el vaticano, la madre teresa de calcuta, ghandi, las carmelitas descalzas, madonna, lady gaga, coaches motivacionales, fundaciones como las de slim y azteca, influencers bopo, activistas digitales, colectivos hegemónicos blanqueados como poder prieto, el feminismo blankko, y un gran ETCÉTERA. 

 La premisa operante de este activismo blankko/blanqueado es cumplir con el mandato de sociedad (persona) bondadosa, que viene hacer el bien al mundo (dejar su granito de arena, salvar al mundo, etc.) para conservar su pase directo a un paraíso terrenal o no (según las creencias del salvador y la salvadora blankka/blanqueada) que le aseguren su permanencia en lo más alto de la jerarquía de clase y privilegios económicos, sociales, fiscales, profesionales, religiosos, etc. Es el título de exclusividad que le dará un estatus superior dentro de su entorno. Será el referente de aquellos "pobres que no tienen voz ni autonomía" ante sus ojos, y que les enseñará y abrirá los caminos a las "buenas formas de la emancipación y transformación del sistema opresor" (oilos).

 Los y las activistas blankkas/blanqueadas deben estar a la cabeza de una lucha porque son quienes tienen los rasgos físicos aceptados, las formas civilizadas, el capital económico, académico y la credibilidad de las instituciones progresistas (blankkas/blanqueadas) para cumplir con la cuota de igualdad, representación y equidad de género en el mundo. No se nos olvide que tiene que ser dentro del mismo sistema hegemónico, con sus reglas e instrumentos. 

 Al mismo tiempo, son quienes también pueden estar viviendo algún tipo de violencia, pero que cumplen con algunos de los aspectos elementales de la hegemonía (blanquitud, binario de género, heterosexualidad, monogamia y lo neurotípico) que les hace las personas ideales para ser activistas. Este activismo blankko/blanqueado se sirve de alianzas con la hegemonía para el "bienestar" del oprimide. 


 Por otro lado, para que existan aliades, debe haber opresión; para que permanezcan aliades, la opresión debe seguir ahí. No nada más eso, les aliades necesitan algún tipo de recompensa y motivación para que sigan convencides de que vale la pena estar en una lucha "hombro con hombro" para mantener dicha alianza. Aquí es donde entra la famosísima teoría del norte global capitalista del "ganar-ganar": yo me uno a tu lucha para que la ganes contra el enemigo, y hacemos alianza para repartir las riquezas—con un interés adicional porque estoy aportando un capital importante (que tú no tienes, pero que necesitas) para ganar—. También es importante señalar que les aliades, por aportar el mayor capital a la lucha, debe tener un lugar "estratégico" para la toma de decisiones de cómo, cuándo, con qué y en qué términos se lleva a cabo la lucha.

 Esta dinámica de poder es una fórmula eurocentrista histórica: un grupo liderado por alguien elegido quiere evitar la conquista de su territorio, y para ello necesitaba de varios capitales: moneda, materias primas, ganado, caballos, armas, soldados, campesinos y mujeres (así definidas en esa época de la historia) que dieran hijos (más soldados o campesinos). Así es como las alianzas eran necesarias para la sobrevivencia de estos grupos, las cuales empezaban por los matrimonios arreglados para tener acceso al capital que hiciera falta o volverse más poderoso que el enemigo... Para no desviarme del tema, las 8 temporadas de Juego de Tronos, las 6 temporadas de Vikingos, o las 4 temporadas de los Tudores pueden ilustrar morbosa y entretenidamente este contexto histórico.

 Esta misma fórmula es la que se aplica en varios movimientos mainstream. Uno de ellos es el bopo y antigordofobia. Hay dinámicas de poder y jerarquías que, a la vista, parecen sutiles o imperceptibles. Es más, incluso, se pueden sentir incendiarias y subversivas. ¿Por qué? Porque la herramienta que se usa para construir dichas marcas personales y que no se sienta como salvacionismo blankko (sino como lucha) es a través de discursos que apelan directamente a las heridas y carencias de quienes "representan", así como las historias de violencia con lujo de detalle (por medio de entrevistas, podcasts, testimonios, etc.) para crear conexión e identificación, lo que también da una sensación de ser "hermanes" de lucha porque sufren de lo mismo.

 También hay figuras "aliadas" con elementos hegemónicos visibles (blanquitud, delgadez, neurotípica, nivel socioeconómico medio-alto/alto, capital intelectual respaldado por instituciones hegemónicas locales o del norte global, que sigan la heteronorma, mononorma etc.), que se convierten en la voz validada y necesaria de "todas" las gordas que sufren. Son las defensoras acérrimas de estas pobres indefensas que necesitan de alguien que les de voz porque ellas mismas no la tienen y tampoco saben cómo hacerlo. Es quien estará en eventos multitudinarios para "representar" a las gordas y decir con vehemente convicción que ella sabe lo que sufren "sus hermanas" porque lo ve en su consulta. De ahí que sea la representación oficial y la "autoridad" reconocida para hablar de gordofobia.

 Cabe mencionar que en esta lucha hegemónica solo entran mujeres cis gordas con elementos hegemónicos parecidos a las de estas figuras aliadas. Las que no, se da por sentado que ellas también sufren de lo mismo y que solo tienen que "querer" para poder cambiar y desaprender su gordofobia interiorizada sin importar de qué contexto vengas. En esta lucha solo ellas sufren y, por eso, todas ellas son hermanas. LAS DISIDENCIAS GORDAS NO EXISTIMOS en el imaginario de estas aliadas. Por eso los "referentes" hegemónicos antigordofobia siempre tendrán como eje rector del movimiento el salutismo, la moda, y el amor romántico. (Ajá, les gordes estamos reducides a eso: demostrar que podemos ser saludables, usar ombliguera y encontrar el amor de nuestra vida).

 Lo anterior es muy problemático porque no se está abordando a profundidad la gordofobia como violencia estructural, en la que también operan otras estructuras opresivas como el racismo, capacitismo, y LGBTQIA-fobia. También es problemático que el Body Positive sea un punto de partida para la lucha contra la gordofobia y la puerta de entrada de muchas personas (quesque) para visibilizar problemáticas universales. La consecuencia de ello es seguir reproduciendo el mismo sistema que queremos combatir; es algo así como luchar contra el sistema con las herramientas, principios y reglas del mismo sistema. Es el juez y parte de una misma situación.

 Si un movimiento de lucha contra estructuras opresivas tiene jerarquías, referentes, aliades y figuras de autoridad, entonces no hay lucha, y el único movimiento que hay es el del capital: dinero que genera accesos a ciertas personas que les da poder. Simplemente se transfieren las violencias con instrumentos y narrativas distintas, que terminan escritas en piedra y que nadie debe cuestionar.

 Si el activismo se vuelve como una actividad profesional, algo a lo que se desea aspirar y con lo que se considera como un medio para generar ingresos, popularidad y estatus, entonces no es activismo. Si es aquel que solo "conecta" a través de una pantalla en la que la "comunidad" sea un sujeto pasivo que escuche, no cuestione, no reflexione y esté de acuerdo con todo lo que dice esa figura representativa, sin una interacción ni compartir en la cotidianeidad, tampoco es activismo. Si es en el que no hay espacios colectivos presenciales y cotidianos, en donde solo se dan encuentros en eventos oficiales, con instituciones oficiales con reglas y condiciones de cómo, cuándo y en qué tono se denuncia y se señala, no es activismo.

 El activismo no es algo que se haga por gusto o por decisión propia, sino que es una necesidad de supervivencia genuina de resistir ante tanta violencia y opresión. El activismo antigordofobia no le pertenece a un grupo específico ni a una persona ni tampoco necesita representantes. Es, ante todo, la activación en colectivo de nuevos espacios o la apropiación de espacios arrebatados; también es anárquico, cooperativo, disruptivo, inquisitivo, emancipador e identitario para quienes no tenemos cabida en la hegemonía. 

 La politización de nuestras cuerpas gordas no es un gusto ni una aspiración. Es una forma de resistir en los espacios cotidianos donde nos han dicho que no debemos ser ni estar. Nuestras voces suenan en colectivo, no a través de unas cuantas o de una sola persona.

 El movimiento antigordofobia no necesita aliades que ayuden, sino de personas que cuestionen, reflexionen sobre su lugar privilegiado en la hegemonía. Necesita de personas que se pregunten todos los días qué significa usar sus privilegios y cómo realmente los están usando; necesita de personas que se cuestionen todos los días qué piensa y cómo reacciona ante experiencias que no le han atravesado, pero que siguen existiendo; necesita de personas que dejen de sentirse salvadores/salvadoras de las causas perdidas y deje de ver a les gordes como seres indefensos, en espera de ser salvades. Necesita de personas que se pregunten a sí mismes por qué monetizar luchas, crear marcas personales y tener seguidores es lo mismo que ser activista; necesita de personas que hagan un ejercicio de reflexión profunda del porqué se sienten ofendides, atacades y víctimas cuando las disidencias que dice representar le señalan que el uso de sus privilegios está haciendo daño. 

 El movimiento antigordofobia necesita de personas que se cuestionen por qué desde su lugar privilegiado sienten que pueden y deben hablar por vivencias que no le atraviesan y, sobre todo, asumir que sus privilegios les pone en un lugar del no saben que no saben, y que es en ese espacio donde vive todo aquello que es y está aún cuando no lo vean. Es el espacio que invita a estar en silencio, hacer comunidad y escuchar otras subjetividades y que, de no hacerlo, son reproductoras del sistema que quieren combatir.

 Es crucial que dejen de existir aliades porque mientras les sigamos buscando y validando como tal siempre seremos la otredad que, además de resistir diariamente las violencias sistémicas de nuestros entornos, necesitamos convencerles, enseñarles, seguirles, vulnerarnos, dejar que capitalicen nuestra vulnerabilidad y que sean protagonistas de nuestras historias para que les sea viable y válida nuestra lucha, y que, como agradecimiento, les juremos lealtad, sororidad y la comodidad de nuestro silencio incondicionales.

  Sentir miedo y preocupación de estar ofendiendo a estas dinámicas blankkas de activista-aliade, a través de este tipo de cuestionamientos, es un síntoma muy claro de que hay una reproducción sistémica de jerarquías y violencias dentro de una disidencia.

  Pensar que señalar esta reproducción sistémica "divide" y "debilita" un movimiento es un síntoma muy claro de que seguimos reproduciendo la relación del esclavo-amo/ama. Aquí es donde yo me pregunto, ¿a quiénes dividen? ¿A quiénes debilita? ¿De verdad divide y debilita a las disidencias o a quienes ven amenazados la permanencia de sus privilegios y beneficios que se sirven de las disidencias? Porque, mijes, enfrentémoslo, las disidencias gordas siempre hemos estado en las periferias del propio movimiento antigordofobia. 

 Nos hemos creído que el sufrimiento blankko y blanqueado también son nuestros únicos dolores y que todo lo demás que nos atraviesa debemos callarlo, platicarlo solo etre amigues o denunciarlo con mucho cuidado, amor y compasión a nuestras activistas y aliades blankkas y blanqueadas porque puede "peligrar el movimiento". 

 Gordes, ¿pueden ver lo problemático de todo esto? AMIGUES, YA DÉMONOS PINCHES CUENTA. (¡Ala, ya me enojé!).

 Cuando no hay un ejercicio de escucha, reflexión, reconocimiento y desaprendizaje de quienes estén más cerca de romper el techo de cristal, nunca serán capaces de ver sobre quiénes se recargan para estar en el lugar en el que están ni tampoco ver "quiénes limpian los vidrios rotos de ese techo que rompen" (Angela Davis).

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